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La ira y sus efectos en ti.

Actualizado: 1 jun 2023


¿Qué es la ira?


Todos los seres humanos en mayor o menor medida hemos sido tocados por este estado emocional, vivir es experimentar multitud de estados emocionales y la ira no es la excepción. Pero más allá de esto, ¿sabemos realmente qué pasa en nuestro organismo cuando esta emoción está presente? El presente artículo les presentamos las principales características y efectos en nuestro organismo.

¡Disfruten este viaje a través de nuestro universo emocional!


La ira es la emoción de la lucha y de la defensa, además puede bloquear en algunos casos el conflicto al intimidar al otro. En nuestros antepasados y en los animales sociales la ira formaba parte de la resolución de los conflictos ante la sumisión de una de las partes. En cierta medida, la ira nos sirve para controlar y cambiar determinadas situaciones, para castigar a quienes nos han hecho daño y marcarles un límite. Grandes cambios en la sociedad se producen y se han producido gracias a los sentimientos de ira, rabia e indignación.


La experiencia de ira aumenta con la edad debido al desarrollo cognitivo y los afectos que producen. De acuerdo con Bisquerra (2000) genera irritación, enojo, furia o cólera, provocando una frustración, por el hecho de obstaculizar ese logro que se quería alcanzar o situación que puede ser engañado o traicionado que también produce ira. De esta manera, la emoción tiene una respuesta, la cual puede provocar agresión que está desencadenado por la ira ocasionando una emoción explosiva o teniendo una irritación consigo mismo.


Efectos de la ira -


Ira es un término de origen latino que se refiere a la furia y a la violencia. Se trata de una conjunción de sentimientos negativos que generan enojo e indignación.

En su acepción más positiva, la ira tiene como objetivo dar fuerza para protegerse y poder sobrevivir. Muchas veces se exacerba cuando no es necesario, con consecuencias a nivel fisiológico y del comportamiento, ya que el pulso se acelera, el corazón late rápido y la respiración se agita; pero también conlleva a que todos alrededor se sientan incómodos, amedrentados, con miedo y deseos de alejarse, porque seguramente nadie quiere relacionarse con una persona que estalla descontrolada y dice o hace cosas que luego cuesta olvidar.


¿Cómo se ve la ira en el rostro?


La microexpresión de la ira se concentra principalmente en la parte superior de la cara, donde bajamos y juntamos las cejas con el entrecejo fruncido. Solemos apretar y tensar la boca, separando ligeramente los labios y apretando los dientes. La mirada sé penetrante.



¿Qué sustancias del cerebro se involucran en este proceso?


El enojo libera noradrenalina (hormona que aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco) y dopamina, al mismo tiempo qué glutamato y se da una disminución de los niveles de serotonina y vasopresina.



¿Cuáles son las consecuencias de la ira?


Elevación del pulso cardíaco, lo que genera taquicardias. Mayor producción de sustancias químicas como la adrenalina, lo que altera el equilibrio natural del cuerpo. Desequilibrio del sistema inmunitario. Manifestación de contracturas, dolores musculares y jaquecas.


¿Qué parte del cuerpo afecta la ira?


El hígado y la ira reprimida


Hay personas sensibles que sienten cómo la ira reprimida les causa una opresión en el pecho o incluso un ardor. Estas sensaciones son las que, poco a poco, van afectando a nuestro hígado, causando un bloqueo de energía que le impide realizar su función de manera correcta.





Tips para gestionar la ira.


1. Piensa antes de hablar.


Las segundas ideas suelen ser mejor que las primeras, ante un estado de ira, es mejor parar y esperar las segundas ideas que soltar lo primero que esta emoción nos presentó, que en la mayoría de los casos no aportara nada a la solución, sino más bien le lanzara más leña al fuego. Reflexiona ¿qué consecuencias tendrá eso que quieres decir?


2. Una vez que te tranquilices, expresa tu ira.


El distanciamiento de la situación es una buena alternativa para no herir o empeorar las cosas, ir a otro lugar y respirar profundo te permitirá aclarar las cosas y con la cabeza fría, expresar lo que te molesto y plantear algunas soluciones. Recuerda el problema es lo que tú sientes, no la situación o la persona.


3. Haz un poco de ejercicio.


Liberar esa energía emocional realizando actividad física, es una buena alternativa para bajar la intensidad, oxigenar tu cerebro y replantear tu plan de acción. Así que pon tu música favorita y macha esos músculos, usa esa energía emocional de la ira, y una vez desgastada, verás las cosas más claras.


4. Tómate un tiempo para reflexionar.


Mi padre siempre me decía, cuando tengas una decisión importante, ¡medítalo con la almohada!, con esto me quería decir, que reflexionar sobre las razones por las que quiero hacer algo, darán luces sobre mis verdaderas intenciones; yo recomiendo a mis clientes que las pongan por escrito, y luego de calmar sus ánimos, las lean en voz alta, en la mayoría de los casos, veremos que lo que nos impulsaba era la irracionalidad típica de esta emoción; el deseo de venganza u otra motivación menos altruista, típica de la ira, que como vimos anteriormente, su objetivo es destruir o poner límites. (El segundo sería su cara positiva) pero con frecuencia el deseo de destrucción es lo que la hace tan peligrosa para nuestras relaciones personales e Interpersonales. Así que dense un espacio, deja que los días te revelen verdades que las horas desconocen y luego con la claridad queda el tiempo actúa.


5. Identifica posibles soluciones.


El mayor problema de los episodios de ira, es su inutilidad práctica, solemos caer en reclamos, rumiación (Hablar con nosotros mismos entre dientes); y esto genera que la contraparte contra ataque y terminamos en una competencia de ver quien tiene o no la razón, una lucha de poder que nos dejara exhaustos emocionalmente y con heridas psicológicas que en muchos casos son irreversibles. Por ello la mejor vía es la honestidad emocional en primera persona, es decir, expresar lo que yo siento hacia una actitud o situación, sin caer en juicios de valor contra la otra persona; y posteriormente platear soluciones, encontrar entre las dos partes, vía de comunión que reporten beneficios a los dos. Un ganar, ganar, para así prosperar. 



Bibliografía:

  • Lieberman, H. R., Thompson, L. A., Caruso, C. M., Niro, P. J., Mahoney, C. R., McClung, J. P., & Caron, G. R. (2015). The catecholamine neurotransmitter precursor tyrosine increases anger during exposure to severe psychological stress. Psychopharmacology (Berl), 232(5):943-51. doi: 10.1007/s00213-014-3727-7


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