Las disfunciones sexuales son problemas en la respuesta sexual humana (el deseo, la excitación y el orgasmo) que usualmente impiden el desarrollo de una vida erótica plena, afectan la salud integral y la autoestima del individuo, así como su relación de pareja.
En la sexualidad se aúnan componentes de orden biológico, psicológico y social en continua interacción. En circunstancias favorables suele ser una fuente de comunicación, relación y satisfacción, pero si se tuerce su desarrollo natural, suele ser fuente de problemas, frustraciones, desengaños y relaciones tormentosas (Talarn, 2000). Y en medio de todos los fenómenos experimentados por la cuarentena producto del COVID-19, se ah evidenciado un aumento en disfunciones sexuales y problemas en la intimidad de la pareja; todo esto com efecto del estrés generado por la privación de la movilidad, el teletrabajo y demás cambios en nuestras vidas como la presencia 24/7 de los niños o las parejas, que reducen los espacios de ocio y dispersión que solíamos tener entre las transiciones de actividades antes en la vida pre- pandemia. Por esta razón vamos a analizar los principales efectos que a tenido esta crisis en nuestra salud sexual.
Probablemente el comportamiento y la actividad sexual sean las áreas de la conducta humana en las que es más difícil establecer el límite entre lo normal y lo anormal o patológico. No existen puntos de referencia externos que permitan establecer puntos claros de corte, ya que éstos están en buena medida determinados por el contexto social y cultural en el que se desenvuelve el sujeto, además de por su propio criterio personal. Los criterios varían de una cultura a otra, en distintas sociedades, en cada religión y en cada momento temporal, de modo que lo que era normal en una determinada época pasa a ser considerada como anormal, o incluso patológico en otra. Y a la inversa, lo que en una determinada época o sociedad se considera inadecuada, puede convertirse en conducta habitual en otra.
La ciencia es también causa de cambios en el comportamiento sexual. En este sentido cabe destacar el cambio que supuso en los hábitos sexuales la aparición de los anticonceptivos orales en los años 60, o los problemas actuales para los que no hay solución terapéutica de momento.
Por otro lado, la ausencia de conocimientos de referencia, en especial de datos científicos rigurosos y fiables hasta fechas recientes (no parecía ético ni elegante investigar la respuesta sexual de las personas), ha dificultado o imposibilitado el establecimiento incluso de qué conductas sexuales son más o menos frecuentes. En ésta área ha predominado las tradiciones populares, los mitos, los tabúes y las leyendas.
Los primeros estudios científicos datan de finales de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, momento en el que se publicaron los informes Kinsey, en los que se llevó a cabo una amplia encuesta acerca de los hábitos sexuales de los americanos, y también en los años sesenta, cuando Masters y Johnson observaron y describieron con detalle los aspectos psicológicos y, sobre todo, fisiológicos de la respuesta sexual humana.
Sin embargo, en los últimos 30 años se ha producido un cambio social respecto a la sexualidad, que ha sido determinante para el desarrollo de esta área. Entre los aspectos a destacar en este cambio, cabe señalar siguiendo a Labrador (1994), los siguientes:
El conocimiento, aceptación y preocupación por la respuesta sexual de la mujer, y más específicamente, por su satisfacción sexual.
El interés por el sexo y la liberalización con respecto a una amplia gama de conductas sexuales.
La importancia dada a la consecución de unas relaciones sexuales satisfactorias.
La facilidad de acceso al material informativo tanto de tipo científico como erótico (libros, revistas, películas, aparatos,…).
El interés científico despertado por el tema, que ha hecho que comience a dejar de ser un tema tabú y de "mal gusto" para la mayoría de las personas.
En definitiva, las disfunciones sexuales son problemas en el funcionamiento erótico de las personas que usualmente impiden el desarrollo de una vida erótica plena, el desarrollo de vínculos eróticos satisfactorios en las parejas y que muy frecuentemente deterioran la autoimagen y la autoestima de las personas. Sus determinantes pueden encontrarse en una variedad de niveles de nuestra naturaleza humana, desde nuestra constitución biológica, con los avatares que sobre la misma producen muchas enfermedades, nuestra naturaleza psicológica, que reclama la integración armónica de nuestras potencialidades eróticas dentro de la totalidad de nuestra persona, la naturaleza del vínculo de pareja y el ambiente social y cultural ante el erotismo.
Entre las disfunciones mas comunes y que afecta a más del 50% de hombre y mujeres en algún momento de su vida tenemos a la Falta de control eyaculatorio (eyaculación precoz/eyaculación retardada) en hombres encabezando la lista y en las mujeres Ausencia o reducido interés o deseo sexual- Dificultades en la excitación sexual.
Que ser las que vamos a ver en este articulo, debido a su alta frecuencia en las vidas de las personas.
La eyaculación precoz
Consiste en una expulsión súbita de semen, de forma incontrolada, y antes del momento deseado por el varón, que no es capaz de controlar el reflejo eyaculatorio. En ocasiones se produce incluso antes de iniciar la penetración.
Es la disfunción sexual más frecuente en el varón, ya que afecta de manera habitual a casi el 30% de los hombres y al menos el 70% ha tenido algún episodio de eyaculación precoz a lo largo de su vida. Puede aparecer a cualquier edad. Suele ser consultada con menor frecuencia que la disfunción eréctil, aunque es mas prevalente que ésta.
Causas
La ansiedad
Es un factor esencial y una de las principales causas de eyaculación precoz. Un alto nivel de estrés o nerviosismo, miedo a que la pareja quede embarazada o a hacer el ridículo, pueden tener como consecuencia que el hombre pierda el control durante el coito.
Causas Biológicas
El mecanismo por el que se cree que se produce este trastorno a nivel neurológico es una alteración en la sensibilidad de los receptores cerebrales de la serotonina. De hecho, en la eyaculación precoz primaria se reconoce que puede existir un trastorno genético que altera esta sensibilidad de los receptores de serotonina.
Relaciones sexuales infrecuentes
Los hombres que no tienen relaciones sexuales con frecuencia, presentan una mayor tendencia a ser eyaculadores precoces.
Algunas enfermedades psiquiátricas
Como la depresión, el trastorno bipolar o el estrés postraumático también pueden contarse entre las causas de la eyaculación precoz.
Infecciones de la vía urinaria o de la próstata
La prostatitis crónica es causa en muchas ocasiones de disfunciones sexuales.
Alcoholismo y tabaquismo crónico
También pueden originar disfunción eréctil.
Fármacos y drogas
Cocaína, marihuana, diuréticos, antihipertensivos y digoxina son las sustancias que se relacionan habitualmente con este problema.
Trastornos neurológicos
Neurosífilis, esclerosis medular y neuropatías.
Trastornos hormonales
Defectos en la tiroides y las glándulas suprarrenales. Estos casos suelen acompañarse también de disfunción eréctil.
La gravedad de la condición se determinara por dos aspectos:
De por vida
El trastorno ha existido desde que el individuo alcanzó la madurez sexual.
Adquirido
El trastorno ha existido desde que el individuo alcanzó la madurez sexual.
Trastorno del interés/excitación sexual femenino
El trastorno del interés/excitación es una afección frecuente y compleja padecida por mujeres de todas las edades y culturas, que puede darse como consecuencia de uno o varios factores (biológicos, sociales, psicológicos, ambientales y hormonales). Puede acompañarse de otros procesos, como trastornos del estado de ánimo, ansiedad, ataques de pánico, fobias o trastorno bipolar. Por ello es tan importante ser atendido por un profesional que atienda el problema desde una perspectiva integral. También es importante considerar que algunos recuerdos inconfesados o secretos pueden ocasionar inhibición del disfrute sexual, así como los asuntos o preocupaciones extramaritales.
La afección puede ser de por vida o adquirida, y su gravedad oscila de leve a moderada o grave. Asimismo, el trastorno puede ser situacional -que ocurre sólo en algunas circunstancias y no en otras- o generalizado -sin limitaciones aparentes-.
Aunque los estudios de prevalencia arrojan cifras dispares entre sí, se considera que la proporción de mujeres afectadas en mayor o menor gravedad por un cuadro de TIE oscila entre el 20 y el 40%, y es más alta en mujeres menopáusicas y en mujeres jóvenes con menopausia quirúrgica, en las que la prevalencia puede duplicarse.
El TIE se asocia a insatisfacción con la vida sexual, insatisfacción con la relación de pareja, a una menor iniciativa de sexo por ella, al menor inicio de sexo por su pareja, menor coito y orgasmo, menor masturbación que en la mujer no afectada por este trastorno, más emociones negativas y peores relaciones íntimas.
Causas
Factores físicos
De los factores físicos que pueden dificultar la respuesta de excitación en la mujer destacamos: Dolor asociado a Endometriosis, infección de la vejiga (cistitis) o de la vagina (vaginitis). Los cambios hormonales después de dar a luz o la deficiencia de estrógenos que acompaña a la menopausia o la extracción quirúrgica de los ovarios, que generalmente causa sequedad y adelgazamiento de las paredes vaginales y puede producir una alteración de la excitación sexual. Una histerectomía o una mastectomía pueden afectar a la propia imagen sexual de la mujer, glándula tiroides hipoactiva ; una anatomía anormal de la vagina a consecuencia de un cáncer, cirugía o radioterapia; la pérdida de sensibilidad debida a alcoholismo, diabetes o ciertos trastornos del sistema nervioso como la esclerosis múltiple, ciertos medicamentos como los antihistamínicos, los antidepresivos hipertensores etc., son por lo tanto varios factores que pueden provocar una sequedad vaginal.
Factores psicológicos
Al igual que en la disfunción eréctil, los factores psicológicos asociados al trastorno de la excitación en la mujer se centran en factores personales, de relación, ambientales y factores de mantenimiento. De los cuales se destacan como causas predominantes: Ansiedad ante la interacción sexual; Anticipación de fracaso; Sentimientos de culpabilidad; Falta de atracción entre los miembros de la pareja; Déficit de comunicación en la pareja: Miedo a la intimidad; Deterioro de la autoimagen y falta de confianza en sí misma y en su feminidad; Información sexual inadecuada; Desconocimiento de técnicas de excitación sexual; Déficit o ausencia del juego erótico, psicopatologías graves (depresión. alcoholismo, anorexia..) y las situaciones estresantes entre otras.
Al igual que en los hombre el pronostico y el curso de la condición estará condicionado por estos dos factores:
De por vida
El trastorno ha existido desde que el individuo alcanzó la madurez sexual
Adquirido
El trastorno empezó tras un periodo de actividad sexual relativamente normal.
Especificar si
Generalizado: no se limita a determinados tipos de estimulación, situaciones o parejas.
Situacional: ocurre solamente con determinados tipos de estimulación, situaciones o parejas.
Conclusiones
Las disfunciones y una gran parte de los trastornos sexuales, se pueden corregir con terapia sexual específica a cada caso.
La terapia de pareja se utiliza con la participación de ambas partes dentro de un programa cuando no existen otro tipo de trastornos psicopatológicos, partiendo de la consideración de que el problema sexual implica a los dos miembros. En casi toda dinámica de pareja existe una co responsabilidad en las situaciones experimentadas y el sexo no es la excepción.
En muchos casos de trastornos sexuales en pareja, los problemas parten de la falta de comunicación sobre las necesidades mutuas y de ideas equivocadas que el terapeuta ayuda a identificar, potenciando el diálogo, facilitando información y pautas que después se puedan trabajar en la intimidad, consiguiendo que aumente la confianza y se pueda disfrutar de una relación sexual más sana y completa. Entendiendo que experimentar alguna de estas condiciones no es el fin del mundo en la relación, ni motivo de vergüenza.
A través de la terapia conductual se modifican comportamientos desviados aprendidos anteriormente, para conseguir controlar la ansiedad sexual y el foco que produce la excitación anti natural, en algunos tipos de trastornos de la sexualidad.
Por medio de la terapia grupal, también se consigue desmontar mitos y creencias erróneas. Este tipo de psicoterapias ayudan a muchos pacientes que sienten vergüenza, o sentimientos de culpa frente a determinados comportamientos producidos por determinados trastornos sexuales.
Si estás sufriendo un problema sexual en pareja, o te sientes identificado con alguno de los trastornos del deseo sexual que aparecen aquí, no lo dejes pasar más, sé valiente y solicita ayuda psicológica o consejería profesional, para mejorar tu calidad de vida y solucionar esa situación tan limitante y negativa. Que en la mayoría de los casos tiene soluciones relativamente simples de solucionar con un poco de trabajo y flexibilidad emocional.
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