Por Md Mauricio Sarmiento Gavilanes
Un día fuimos a la cama, como todas las noches anteriores y despertamos en una distopía, el mundo se volvió un lugar peligroso, inhabitable y mortal. Con cada respiración hay miedo y la posibilidad de contraer un virus tan agresivo que puso de rodillas a toda la raza humana.
De pronto nos encontramos completamente aislados en nuestros hogares, escuchando reportes de personas enfermas y de muertos en cantidades exhorbitantes que han colapsado varios sistemas públicos, algo sin precedentes que probablemente no se veía desde hace más de un siglo, esta nueva peste puso el freno a la cotidianidad del mundo moderno y cambió por completo la visión de sus habitantes; y aquí estamos, aislados, temerosos, barajando números, estadísticas, teorías conspirativas y la mejor de las noticias: un mundo que respira y descansa de la humanidad.
A poco más de un mes de iniciado este apocalíptico viaje aún con mucho recorrido por delante nos encontramos igual de temerosos, muchos tendrán agobio, ansiedad, tristeza, depresión, etc. A estas alturas todos estos sentimientos no están demás, estamos en tiempos de guerra y la guerra quiebra hasta al más duro de los temperamentos, no te castigues por lo que puedas estar experimentando emocionalmente, ninguno estábamos preparados para esto, ni remotamente, pero es imprescindible romper esquemas, adaptarnos, evolucionar y pelear, ahora más que nunca, si el espíritu flaquea, que nuestra voluntad y nuestras ganas de vivir nos mantengan a flote.
Fuerza!!!
Mauricio Sarmiento Gavilanes
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