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El miedo a lo nuevo y sus peligros

Actualizado: 7 dic 2022



Hola, queridos lectores, espero que estén muy bien. La mayoría de nosotros escuchó alguna vez el viejo adagio “Más vale malo conocido, que bueno por conocer.” Y a simple vista puede parecer muy lógico, pero en el mundo de la psicología la lógica no siempre es la verdad.

Es que esa falsa seguridad que experimentamos en la famosa zona de confort, no es más que un mecanismo de seguridad de nuestra mente que busca minimizar las amenazas que representa vivir una experiencia desconocida y potencialmente peligrosa tanto física como emocionalmente. Y es así como terminamos estancados en vidas que si bien no tienen mayores sobresaltos, tienen bajos niveles de satisfacción, y esto lo percibimos a mediano y largo plazo como aburrimiento, fastidio; que desembocará en falta de motivación.

Estos síntomas deberían alertarnos de los cambios que son necesarios en la vida, y hacer la gran pregunta ¿De verdad estamos viviendo la vida que soñamos?

Entendiendo los sueños como esa proyección de nosotros mismos en el espacio-tiempo, motivada por esas pasiones personales, esas actividades que reflejan nuestra identidad en su forma más pura. Pero el problema radica en una tragedia personal; a muchos cuando manifestamos esos sueños nos juzgaron con frases y creencias negativas sobre ellas, castrando de una forma muy sutil nuestra libre expresión. Y como estas ideas en la infancia vienen de figuras de autoridad como papá y mamá, nuestro cerebro y más preciso, nuestro joven Superyó, esa entidad psicológica que busca la mayor aprobación social, para mejorar nuestra adaptación y mejorar nuestras posibilidades de supervivencia al ser un integrante sólidamente aceptado por la gran manada de la sociedad.



Es justo ahí don nuestro Yo se debilita y comenzamos a vivir para los demás, dejando de lado en un rincón oscuro de nuestra mente, nuestra verdadera identidad, sueños y creencias más elevadas. Copiamos la “fórmula” de la felicidad y si vemos las estadísticas, esta es muy poco eficaz en la consecución de la famosa felicidad, que viendo los crecientes datos de depresión infantil, cada vez nos falla a edades más tempranas. Entonces¿Cómo superar la presión social?, ¿Cómo elevarnos a los impulsos instintivos de no tomar riesgos? Es fácil en aras de la seguridad caer en esta trampa. El camino puede sonar temerario, pero es una de las vías:




  1. Define lo que amas, identifica tus sueños, más allá de lo que esperan de ti.

  2. Toma riesgos calculados, analiza los pros y contras de tu realidad y de una manera objetiva basado en los hechos, aventúrate a ese nuevo camino.

  3. Fortalece tu autoestima, si no crees en ti mismo, tendrás que creer que los demás son EL CAMINO, y lo que le funcionó a una persona no necesariamente nos funcionará a nosotros.

  4. Vence el miedo al fracaso, si fallas te conviertes en un sobreviviente, al saber que no morirás por intentar algo y fallar, estás un paso más cerca del éxito. ¿No lo piensas? Analiza si sabes lo que no funcionó en ese proyecto, ya sabes QUE NO HACER la próxima vez.

Con estas pautas no pretendo decir que es la única forma, pero de seguro te dará bases para generar tu propio plan de emancipación de la cultura del miedo, ampliar tu conciencia y cambiar la zona de confort por la zona de felicidad. Ese lugar donde tu identidad florece y prospera día a día.










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