Aunque sea doloroso, se puede juzgar a los padres por los errores de sus hijos. Ya que los hijos se reflejan en los padres, para bien o para mal.
Ser padres hoy es uno de los más grandes desafíos que puede vivir una persona. Y La razón es que nadie nos enseñó como ser padres, ni como responder a los desafíos que representa ser padres en el siglo XXI.
Vivimos en la era de la información y de la desinformación. Donde la carencia de pensamiento crítico, hace de nuestros hijos seguidores inconscientes de las tendencias más disparatadas y tóxicas de todos los tiempos. (No todas son malas) Y es ahí donde surge la pregunta ¿qué necesitan nuestros hijos de nosotros para llegar a ser personas de bien? La respuesta es uno educación con inteligencia emocional.
Pero ¿cómo se hace esto?
El primer paso es enseñarles a los niños a gestionar la ira, que sin duda es una de las emociones más frecuentes en secuestrar nuestras mentes. Una fórmula sencilla es enseñarles a contar del 1 al 10 y luego del 10 al 1 mientras respiran profundamente. Y luego indicarles que deben manifestar el ¿por qué?, de su enojo. Y así centrarse en las soluciones, en lugar de los problemas. Estos también deben ver en nosotros cuando somos presa del enojo, es decir, educar también con el ejemplo.
Enseñar a reconocer las emociones básicas, tanto en ellos como en los demás. Estas, según los trabajos del Dr. Paul Ekman, son 7 emociones básicas. Estas son Felicidad, desprecio, asco, ira, miedo, sorpresa y tristeza. Si no tenemos formación en el tema, actualmente hay muy buenos cursos para aprender esto en 36 horas de entrenamiento. ¿Por qué es importante esto? Así tanto nosotros como nuestros hijos sabrán identificar que emoción experimentan ellos como las otras personas y así tendrán la oportunidad de manejar mejor los eventos del día a día. Y no es algo difícil, yo, entrene exitosamente a mi hija de 3 años a identificar las 7 emociones básicas y sus 26 variaciones, y es mucho mejor que muchos adultos.
Nombrar las emociones: A partir de los 5 años sería perfecto que los niños supieran ya dar nombre a las emociones de modo habitual: “estoy enfadado porque no me has llevado al parque”, “estoy contento porque mañana nos vamos de excursión”, “tengo miedo de que cierres la puerta porque me dejas solo.”
Desarrollar su empatía: Enseñar a nuestros hijos y a nosotros mismo a ver la realidad desde la perspectiva de las otras personas, pero no es solo pensar ¿qué haría yo en su lugar? iSiSiSi Sino preguntarnos si yo viviera sus experiencias de vida, tanto del pasado como las del presente, ¿cómo reaccionaria? Es disociarnos de nuestra identidad y ver los hechos en 2.ª y 3.ª persona. Esto sin dudas nos convertirá no solo en mejores padres e hijos, sino en mejores seres humanos.
Enseñar a enfrontar las emociones con ejemplos o metáforas: Las historias tienen un poder de transformación y educativo tremendo, una de las mejores formas de enseñar a los niños como enfrentar y afrontar las emociones propias y ajenas, es por medio de los ejemplos sobre experiencias vividas o por medio de metáforas, estas últimas llegan directamente al inconsciente generando cambios profundos en sus conductas. Ya que al no tomar la corrección como un ataque personal, la metáfora permite que los mecanismos de defensa del niño no sean un obstáculo en su aprendizaje.
Desarrollar su comunicación: Recuerden esta máxima de la comunicación “Lo que no se comunica no existe.” Debemos enseñar a nuestros niños a aprender el arte de la comunicación, ya que cuando somos secuestrados por emociones tóxicas, es cuando más debemos COMUNICAR, es decir, una vez contenido el enojo con las técnicas antes mencionadas, debemos enfocarnos en las razones, soluciones y los aprendizajes del evento; entonces junto a todo castigo debe ir una explicación de ¿por qué se es castigado? Y el aprendizaje que se obtendrá. Además, también de escuchar las razones de su enojo con respeto y empatía. Y si es necesario aprender a pedir disculpas a nuestros hijos cuando fallamos como padres. Esto es lo que ellos necesitan para darnos su respeto.
Queridos amigos y lectores, estas simples palabras no pretenden ser LA VERDAD sobre como educar mejor a nuestros hijos, pero su valor científico y práctico vale la pena su exploración, también recalco que este método funciona a las mil maravillas con las relaciones con personas adultas, solo que hoy quería dar un enfoque para padres e hijos. Apliquen estas líneas y verán grandes cambios y recuerden si sienten que son superados por los eventos, no duden en buscar ayuda profesional, esto es un signo de madurez emocional. Saludos y que tengan una linda semana.