A nadie le gusta ser maltratado. Entramos en relaciones para ser feliz junto a otra persona, a no ser manipulado o sentir más tristeza que alegría. Convertirnos de forma consciente en victimas del mal trato, y permanecer unidos a quién nos lastima insistentemente es muy dañino para nuestra autoestima. Cuidar nuestra integridad emocional y física es una tarea de cada uno, pero en una relación de pareja, cuidar esa misma integridad emocional y física es tarea de ambos. Lo ideal es mantener el respeto, la honestidad y la comprensión.
