Por MD. Mauricio Sarmiento Gavilane.
Tras casi 60 días de cuarentena, acabamos de entrar a una nueva modalidad de aislamiento en cuarentena, la semaforización.
A pesar de estar en color rojo por disposición de entidades gubernamentales, en la que aún hay fuertes restricciones se ha podido observar un incremento en el flujo de personas andando en las calles, incluso un aumento considerable del tráfico de vehículos, esto lo he percibido personalmente en mi trayecto diario hacia mi trabajo en el área de salud.
Todo esto sucede a pesar de las disposiciones y con el miedo a un virus aún latente en el medio, las personas movidas por la necesidad de trabajar y producir están retomando sus actividades. Existen muchas opiniones divididas al respecto, desde el punto de vista político, económico, científico e incluso desde lo ético y religioso, lo cierto es que, a casi 60 días de aislamiento, la gente motivada por muchas necesidades (no meramente económicas) está reintegrándose a la vida.
Más allá de condenar o justificar esta acción debemos visualizarlo como algo inevitable, por varias razones que incumben a cada individuo, estos se ven obligados a hacerlo, algunos precisan hacerlo lo más pronto posible para evitar otra probable causa de muerte aparte del virus chino, el hambre. Viéndolo pues como algo inevitable nos queda una única opción de aceptarlo y tomar nuevas medidas, aprender a vivir en un nuevo mundo, pues el que existía previo a la cuarentena no existe más.
Esta nueva normalidad nos exige pequeños grandes cambios que nos mantendrán con un número bajo de nuevos contagios, el primero y más importante, quedarse en casa en la medida de lo posible, si tienes los recursos para permanecer en casa hasta diciembre, hazlo, si no puedes mantén el distanciamiento social, dos metros de distancia entre personas, uso obligatorio de mascarilla, infórmate sobre las mejores medidas en el uso de guantes, sigue las indicaciones de las entidades gubernamentales e infórmate también sobre vestimentas necesarias en zonas de alto contagio (áreas de salud, hospitales), normaliza medios de desinfección de manos constantemente y también de objetos y superficies; normaliza el saludo sin contacto entre personas (formalmente se colocan los brazos junto al cuerpo, palmas apuntando a este y se inclina ligeramente la cabeza hacia adelante, pero si prefieres normalizar el saludo vulcano del sr Spock de viaje a las estrellas, que nada te lo impida)
Hasta que las grandes mentes desarrollen la vacuna como la mejor arma para ponerle fin a la Pandemia, lo mejor que podemos hacer es adaptarnos y sobrevivir, el mundo ya no es el mismo, y tenemos todos los elementos para salir y enfrentarlo.
Fuerza.
MD. Mauricio Sarmiento Gavilanes.
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