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El Pensamiento Negativo: Un Parásito Mental y Cómo Librarte de Él.

Foto del escritor: Mgt Cristian Pernett Mgt Cristian Pernett

¿Eres un Iman de Energía Negativa?


Todos conocemos a alguien que parece tener un doctorado en quejas. Su conversación favorita es sobre lo mal que está el mundo, el tráfico, el clima, la economía o incluso el sabor del café. Y si no conoces a nadie así… es posible que ese alguien seas tú.


Pero más allá de ser una simple molestia social, el pensamiento negativo tiene efectos reales y profundos en nuestro cerebro y en nuestra salud mental. Puede literalmente reconfigurar tu cerebro para volverse más pesimista, afectando tu bienestar, tus relaciones y hasta tu salud física.


Lo peor es que este estado de ánimo es contagioso. Rodearte de personas negativas puede ser como exponerte a un virus: su energía termina afectándote sin que te des cuenta.


Entonces, ¿qué podemos hacer? En este artículo vamos a sumergirnos en la neurociencia del pensamiento negativo, sus efectos en la mente y el cuerpo, y estrategias comprobadas para deshacerte de él.


Así que relájate, respira hondo y prepárate para una desintoxicación mental.

Parte 1: El impacto del Pensamiento Negativo en el cerebro


1.1 La amígdala: Tu “Centro de Alarma” siempre activado


Tu cerebro está diseñado para prestar más atención a lo negativo que a lo positivo. Esto se llama sesgo de negatividad y tiene una razón evolutiva: nuestros ancestros necesitaban recordar peligros más que momentos felices para sobrevivir.

Pero en el mundo moderno, este mecanismo puede volverse en nuestra contra.


Cada vez que piensas en negativo, activas la amígdala, la región del cerebro encargada de detectar amenazas. Esto hace que se liberen hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, preparándote para “huir o pelear” aunque no haya un peligro real.


Si esto se mantiene en el tiempo, tu sistema nervioso se queda atrapado en un estado de hiperalerta crónica, lo que puede generar:

• Ansiedad y ataques de pánico

• Problemas para dormir.

• Irritabilidad constante

• Fatiga mental y emocional


Es como si tu cerebro estuviera encendido en “modo alarma” todo el tiempo.


Las amígdalas cerebrales son grandes protagonistas de nuestro universo emocional.
Las amígdalas cerebrales son grandes protagonistas de nuestro universo emocional.

1.2 Cómo el Pensamiento negativo cambia tu cerebro físicamente


Los pensamientos repetitivos no son solo ideas pasajeras: cambian físicamente tu cerebro.


Cada vez que repites un pensamiento negativo, refuerzas conexiones neuronales específicas, haciendo que tu cerebro se vuelva más propenso a pensar de esa manera.


Esto se debe a un principio llamado neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro de reorganizarse y fortalecerse en función de lo que más practicamos.


Si siempre ves lo negativo en todo, tu cerebro se “programa” para seguir haciéndolo automáticamente.


1.3 El efecto en la memoria y la toma de decisiones


Un cerebro en modo negativo tiene dificultades para:

• Tomar decisiones con claridad

• Resolver problemas de manera creativa

• Retener información positiva


Esto se debe a que el exceso de cortisol afecta el hipocampo, la parte del cerebro encargada de la memoria y el aprendizaje.


Es por eso que cuando estamos estresados o ansiosos, olvidamos cosas, nos cuesta, concentrarnos y sentimos que todo es más difícil de lo que realmente es.

Parte 2: El pensamiento negativo y la salud mental


2.1 Ansiedad, depresión y fatiga emocional


El pensamiento negativo es un factor clave en la ansiedad y la depresión.


Cuando estamos atrapados en un ciclo de pensamientos pesimistas, el cerebro se acostumbra a liberar menos serotonina y dopamina, los neurotransmisores de la felicidad y el bienestar.


Esto lleva a:

• Sentirnos sin energía o motivación

• Perder el interés en las cosas que antes disfrutábamos

• Tener pensamientos catastróficos constantes

• Aislamiento social y falta de esperanza


A largo plazo, esta mentalidad puede convertirse en un estado depresivo, en el que el cerebro pierde la capacidad de ver soluciones o de experimentar placer.


2.2 El Contagio Emocional: ¿Te están envenenando las quejas de otros?


Las emociones son altamente contagiosas.


Cuando pasamos tiempo con personas que se quejan constantemente, critican todo o ven siempre lo peor, nuestro cerebro imita su estado de ánimo gracias a un proceso llamado neuronas espejo.


El problema es que muchas veces no nos damos cuenta de este efecto, y terminamos absorbiendo el pesimismo de los demás sin saberlo.


Es como si tuvieras un “virus emocional” y de repente todo a tu alrededor empezara a parecer más oscuro.


Parte 3: Estrategias para desintoxicar tu mente


Ahora que sabemos lo perjudicial que puede ser el pensamiento negativo, vamos a ver cómo cambiarlo.


Estas técnicas están respaldadas por la ciencia y pueden reprogramar tu cerebro para ser más optimista sin caer en un pensamiento ingenuo o forzado.

3.1 Si tú eres el negativo: Cómo hackear tu mente


1. La técnica del “Diario de Quejas”


Durante una semana, anota todas las quejas y pensamientos negativos que tengas. Luego, clasifícalos en dos categorías:

• Cosas que puedes cambiar

• Cosas que no puedes cambiar


Concéntrate solo en la primera categoría. Si algo no tiene solución, deja de gastar energía en ello.


2. Reestructura tus pensamientos con la técnica del “Todavía”


Cada vez que tengas un pensamiento negativo, agrégale la palabra “todavía”.


Ejemplo:

❌ “No soy bueno en esto.”

✔️ “No soy bueno en esto todavía.”


Esto le dice a tu cerebro que el cambio es posible.


3. Usa el poder del humor


El humor reduce el estrés y cambia la perspectiva.


Cuando te descubras en una espiral negativa, pregúntate:

“Si esto fuera una comedia, ¿qué tan ridículo se vería?”


Reírte de tu drama puede hacer maravillas por tu bienestar.


3.2 Si te rodeas de negativos: Cómo proteger tu energía


1. “El Tiempo Límite” con Personas Tóxicas


Establece un tiempo máximo para estar con personas que solo se quejan. Una vez pasado ese tiempo, cambia de tema o aléjate educadamente.


2. Contrarresta con preguntas positivas


Si alguien siempre habla de lo malo, respóndele con preguntas que lo hagan cambiar su enfoque.


❌ “Todo está mal en mi vida.”

✔️ “¿Qué fue lo mejor que te pasó hoy?”


3. Visualiza un Escudo Protector


Antes de interactuar con alguien negativo, imagina que tienes un escudo mental que repele tu energía.


Es una técnica de visualización simple, pero muy efectiva.

Conclusión: ¿Eres Dueño de tu Mente o tu Mente es Dueña de Ti?


El pensamiento negativo no es solo un mal hábito, es una trampa neurológica que puede afectar tu salud, tu felicidad y tu futuro.


Pero la buena noticia es que puedes reprogramar tu cerebro.


Con práctica, puedes entrenar tu mente para dejar de enfocarse en lo negativo y empezar a ver posibilidades en lugar de problemas.


Ahora dime, ¿vas a aplicar estas estrategias o prefieres quejarte de lo difícil que es cambiar?


La decisión es tuya.



 
 
 

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