En este artículo quiero abordar el tema de la autoestima desde mi visión y formación en terapia Gestalt. La razón por la que quiero tocar este asunto, es por la gran cantidad de lesiones emocionales que las personas padecen. Y las nefastas consecuencias que estas causan en todos los aspectos de nuestra realidad.
Ahora como antecedentes vemos:
La Terapia Gestalt fue creada por el psicoanalista y médico Fritz Perls y ofrece una metodología y guía para conocerse a sí mismo y crecer persona.
La Terapia Gestalt es sumamente práctica y transformadora y considera la Autoestima la forma natural de valorar, aceptar y cuidar de uno mismo. Insisto en la palabra natural, pues si no hiciésemos nada, este hecho sería consustancial al ser humano.
La Autoestima tiene que ver con la diferenciación, la afirmación de uno mismo, la palabra Yo; cuando un niño dice Yo, dice no y no dice si, se afirma y se diferencia del mundo y de los demás y establece su propio ritmo. La Autoestima se expresa en el lenguaje en primera persona, con frases que empiecen con él Yo y tengan que ver con lo que quiero, siento y necesito.
Nadie ni nada te puede dañar, más allá del poder que tú le concedes con tus pensamientos consientes.
La Autoestima es especialmente sensible a las emociones, a lo que sentimos; cuando yo acepto incondicionalmente lo que siento, estoy cuidando de mí, estoy afirmándome, me estoy diferenciando, soy yo. Esto es Autoestima.
Pero hay un factor que entra en juego y nos distorsiona, y es la valoración social, en especial de las personas significativas. Esas que tiene importancia para nosotros, sea por disposición biológica como los padres, o esas personas que les adjudicamos valor emocional como amigos y parejas.
Virginia Satir, fue una terapeuta familiar no vinculada a la Terapia Gestalt que puso de moda el término Autoestima. Ella solía hacer dos preguntas a las personas con quien trabajaba. Una era: ¿Cómo te sientes?, que permitía a la persona contactar e identificar sus emociones (o por lo menos empezar a hacerlo) y la otra, a continuación: ¿Cómo te sientes sintiéndote así?, que se refería a la Autoestima.
Estas respuestas darán parámetros para analizar tu salud emocional, en específico tu autoestima. Ese diálogo contigo mismo que no es más que un reflejo del valor que tienes a nivel consciente o inconsciente sobre ti; que junto a la congruencia con tu lenguaje no verbal, nos da un mapa bastante claro de lo que sientes en verdad.
De estas respuestas en mi experiencia he logrado ver un enemigo invisible que nos predispone y son:
Guiones de vida
Según las investigaciones llevadas de Eric Berne a lo largo de toda su experiencia profesional como psicoterapeuta, el guion de vida lo establece el niño durante su infancia, bajo la influencia sobre todo de sus padres y otras figuras de influencia, o contextos educativos-relacionales. Dicho guion se va reforzando por las diferentes experiencias, feedback y acontecimientos que el niño va viviendo a medida que crece, que parecen confirmar o validar el guion más allá de su experiencia interna.
El guion antiguo no lo escribe uno, viene dado por los otros, por el exterior.
¿Se puede cambiar el guion de vida? ¿Cómo lograrlo?
Afortunadamente, la investigación muestra que los guiones heredados no están cerrados, sino que pueden ser modificados, flexibilizados y actualizados por nuestras manos. Este cambio de guion de vida se realiza cuando el nuevo guionista decide ser uno mismo, reescribiendo los guiones heredados, adaptándolos a nuestras necesidades y deseos. A partir de un proceso de toma de conciencia reconocemos que elementos nos condicionan y paralelamente cuáles son los deseos y valores legítimos con los que queremos construir nuestra vida. Los guiones de vida tienen su origen en los comienzos de la vida y en las tempranas decisiones que toma una persona joven para adaptarse y sobrevivir en su entorno según los mapas que heredo en su contexto pedagógico. Estos programas de vida conducen a la persona a actuar con una forma de ser, estar y de hacer determinada, salvo que esta decida en algún momento de su vida aspirar a una vida más plena y emprenda un trabajo de consciencia que le facilite actualizar su software. Esta actualización nos posibilita acceder a nuevas posiciones existenciales, ampliar nuestro abanico de formas de ser, hacer y estar en el mundo, accediendo a una mayor libertad vital, pudiendo así elegir nuestro curso vital.
Hacerse preguntas y cuestionarse es el primer paso para sanar el guion de vida y construir uno nuevo:
El guion de vida abarca cuestiones sutiles y también obvias, son como mandatos internos de cómo debemos ser o cómo deben darse las cosas.
Pregúntate y cuestiónate
¿Qué guion representas en tu familia de origen? ¿Te sientes cómodo en este rol?
¿Qué guion representas en tu pareja? ¿Y con los amigos?
¿Qué tipo de persona debes ser?
¿Cómo no puedes ser?
¿Cómo te imaginas que irá esta semana? ¿Y este año?, ¿y los próximos 10 años?
¿Qué parte de ti se activa en los eventos sociales? ¿Puedes actuar de otra manera?
Estas valoraciones van a determinar la forma en que te ves a ti mismo, como experimentas tu mundo interior y exterior. Y la tan afamada autoestima no es más que la frontera entre la valoración personal y mis logros externos. Es decir, cuando dejamos de buscar la aceptación de las figuras de poder, padres, sociedad; llegamos a un punto en que le damos más valor a lo que vemos dentro. Y ese discurso o diálogo interior sobre como te defines a ti mismo, será tarde o temprano tu realidad final. No es necesaria una complicada fórmula para iniciar esta alquimia mental y emocional, basta con cambiar la forma consciente con que te hablas y tratas a ti mismo. Si te tratas a ti mismo con compasión, respeto y misericordia. De alguna forma también iras cambiando la manera en que permites que los demás te traten, siendo este establecimiento de límites, una de las bases fundamentales de la construcción de una sana autoestima, junto a una buena y asertiva comunicación verbal.
Así que manos a la obra, deja esos guiones de vida que tus padres y la sociedad te impuso y crea tus propias reglas de vida que aporten a tu autonomía y concepto de felicidad personal. Y recuerda, no estamos vivos para cumplir las expectativas de nadie, ni las demás personas del mundo están para cumplir las tuyas. Es momento de hacernos responsables de nuestra realidad y ser felices.
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