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Inteligencia emocional en la pareja.


La Inteligencia emocional en la pareja supone la puesta en práctica de una serie de habilidades de gran relevancia para el progreso adecuado de las relaciones.

Bien es sabida la importancia de la Inteligencia Emocional en las relaciones sociales como medio para poder expresar nuestros sentimientos y emociones y comprender las de los demás. Resulta enteramente lógico afirmar que el uso de la Inteligencia Emocional en la pareja adquiere una gran importancia para el feliz desarrollo de la misma.

Tampoco resultaría inapropiado predecir que la mayoría de las rupturas se producen por un uso ineficaz de las habilidades emocionales por parte de uno o ambos miembros de la pareja.

Desbordamiento emocional

Una de las circunstancias que más debilita las relaciones haciendo muy probable su ruptura es lo que denomina Gottman y cita Daniel Goleman en su libro “Inteligencia emocional”, como el desbordamiento; sinónimo de secuestro emocional  que se autoperpetua y que dificulta la cicatrización de las heridas provocadas por la ira.

Específicamente, el desbordamiento viene a ser una sobrecarga emocional que resulta imposible de controlar y que arrastra consigo a quienes se ven superados por la negatividad de su pareja y por su propia respuesta ante ella.

Este fenómeno distorsiona el mensaje recibido, impide responder a este con la cabeza despejada y termina desatando las respuestas más primitivas y desafortunadas. El pensamiento se vuelve confuso y no existe la menor posibilidad de empatizar con la pareja y tratar de solucionar las cosas a través del consenso.

Los problemas comienzan cuando uno de los miembros se siente continuamente desbordado, manteniéndose constantemente en guardia cuando se encuentra con su pareja con el fin de responder ante cualquier agresión emocional, saltando a la menor provocación y viendo discusiones y conflictos donde no los hay.

Con el paso del tiempo, si este fenómeno no se ve resuelto, la pareja desbordada comienza a considerar que todos y cada uno de los problemas que tiene la relación son imposibles de resolver debido a su interpretación negativa de la realidad.

Estos desbordamientos, generalmente suelen producirse por quejas reprimidas o críticas realizadas con afán destructivo hacia la propia persona.

En una pareja emocionalmente sana ambas partes se sienten lo suficientemente libres como para formular abiertamente sus quejas atendiendo al comportamiento del otro y no a su persona.

Sin embargo, suele ocurrir que las quejas se formulen en tono destructivo, bajo la forma de un ataque en todo regla contra la propia identidad de la persona, por ejemplo “eres un pasota, no te importa nada lo que hago o siento” cuando se podría decir “tu comportamiento distante hace que me sienta desatendida e infravalorada, me gustaría que hicieras algo más para poder sentirme valorada por ti”.

Las críticas hacia la propia persona tienen un efecto e impacto emocional mucho más grave y corrosivo que, acumulándose, llegan a producir un desbordamiento emocional.

Diferencias individuales

En este contexto, también debemos tener en cuenta que hombres y mujeres no sienten y expresan sus emociones del mismo modo. Ya sea por la educación recibida o por el propio carácter. Antes de establecer una estrategia emocional se debería conocer de qué manera  siente y expresa las emociones cada miembro de la pa

reja. Sería conveniente hacer un ejercicio de autoconocimiento e introspección en pareja.

Aun así y teniendo en cuenta que cada persona es un mundo y que no es útil generalizar, diversas investigaciones han concluido que la mayor parte de los hombres tienen una especial aversión a las disputas mientras que para las mujeres no supone un gran problema.

Ahora bien, mientras que los hombres tienden a encerrarse en sí mismos para protegerse de las quejas de la mujer, en ellos es donde se produce un desbordamiento emocional con más facilidad. Imaginemos como una olla a presión que estalla debido al cúmulo de emociones reprimidas.

Además, podemos intuir que todavía resulta más dificultoso el abordamiento  inteligente de los conflictos en pareja si tenemos en cuenta que cada uno de los miembros busca la paz de un modo diferente y con tácticas contrapuestas, de modo que los hombres tienden a evitar el enfrentamiento encerrándose en si mismos mientras que las mujeres tienden a expresarlo vivamente.

De esta manera se produce un círculo vicioso que lleva a una acalorada discusión y espiral de violencia descontrolada, conforme el hombre más se cierra la mujer más se frustra e irrita con la consecuencia de que el marido acaba siendo presa del desbordamiento emocional ya mencionado.

Remedios emocionales

Hablando en términos generales y dejando claro que todo tiene una excepción, parece claro que hombres y mujeres necesitan de remedios emocionales diferentes:

  • Los hombres deberían comprender que las mujeres necesitan expresar sus quejas y emociones incómodas e intentar no encerrarse en si mismos y tratar de entablar una conversación coherente en pro de la resolución del conflicto.

  • Las mujeres dejar de personalizar las quejas y no atacar a la propia persona, sino tratar de explicar su malestar y sentimientos ocasionados por el comportamiento de su pareja y, además y más importante, decir lo que quiere y no esperar a que sea adivinado. Basta de creer que si te quiere o te conoce debería saber lo que quieres.

Y ambos deberían:

  • Escucharse mutuamente y ponerse en el lugar del otro.

  • Aceptar las quejas y buscar una solución conjunta, crear un consenso.

  • Si se prevé que se puede dar un desbordamiento emocional, tranquilizarse antes de que se produzca o gestionarlo lo antes posible.

  • Ceñirse a hechos concretos y no generalidades que sólo llevan a confusión y críticas destructivas.

  • Permitir que el otro miembro sepa que eres capaz de comprender su punto de vista y aceptar su posible validez, aunque no coincida plenamente con el tuyo.

  • Asumir tu propia responsabilidad o incluso disculparte si reconoces que te has equivocado.

En conclusión, hacer uso de la Inteligencia Emocional y practicar las habilidades como empatía, autoconocimiento y gestión de conflictos y sobre todo, ver a aquella persona de la que un día te enamoraste, saber que sigue ahí, aceptarla y respetarla tal y como es, centrarse en las cualidades que tiene y en lo mucho que te quiere.

¡Haz un uso inteligente del amor!


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